Los tres niveles del horóscopo

29.12.10

Asimilando energías

Por Joanna García

¿Somos realmente capaces de asimilar todo cuanto fluye desde el Universo?
Estamos todavía viviendo e intentando incorporar a nuestra capacidad humana una importante lunación, una intensa –quizás la más importante- respiración de nuestro amado universo, el Solsticio de Invierno,  unido a un eclipse lunar ¿Cómo reaccionamos ante todo ello?
Lo hacemos y no hay duda de ello, a través de nuestras experiencias astrológicas. ¡¡ Cuánto podríamos adelantar en nuestro camino conociéndolas !!
 Mí más fuerte énfasis está aparentemente en Tauro; los cambios no suelen ser lo que más desea este Signo, pero mi Luna en Sagitario sacude siempre en el momento oportuno el deseo de estabilidad obligando a la intensa búsqueda de las flechas lanzadas en otros ciclos para encontrar respuestas más allá de lo conocido.
Mi mente, tesoro inapreciable concedido solamente al ser humano tras inimaginables esfuerzos a través de la lucha entre otras especies que anhelaban al igual que el ser semianimal al que pertenecíamos, está situado en Géminis casi fundido con mi Ascendente, formulando constantemente preguntas e inquietudes.
Tierra….Fuego….Aire… ¿por qué Elementos determinados nos hacen actuar de una forma u otra en este ciclo? ¿Cuál es la razón de todo ello? ¿Por qué no indagamos más profundamente en ese código?
Vivimos un momento mágico. Al mismo tiempo que nos alejamos de Sagitario a través de esta Magnífica Luna, nos adentramos en el impactante silencio de todo cuanto significa Capricornio.
¿Cómo olvidar el efecto vivido y aceptado en mi interior cuando leyendo al Maestro Tibetano, medité en las palabras “Dios dibuja su firma en el rostro de Capricornio”?
Posiblemente hasta ese momento –hace ya muchos años- no había comprendido el arquetipo de energía de ese Signo. Es el discípulo. Ya ha llegado. Depende de su grandeza permanecer en esa cima que tanto esfuerzo ha  exigido, o dejarse inundar por el amor en su más puro estado y volver al valle junto a los hermanos que no consiguen encontrar el camino.
Los tiempos se precipitan y el Firmamento parece considerar que la mayor parte de la humanidad está ya capacitada para comprender el profundo mensaje que esos Dioses que son los Planetas, comunican.
Nos acercamos al punto máximo de oscuridad y también al momento de conseguir el principio de la luz anhelada.
Siempre que levantemos un tema natal a las 24 horas del día 24 de Diciembre, observaremos que el Sol está en Capricornio y el Ascendente en la Constelación de Virgo, La Virgen. Tan solo hay que meditar en el misterio para ir de lo cercano a lo cósmico.
Desde tiempos inmemoriales, se ha asociado estas coordenadas a los Grandes Seres de Luz que han ayudado profundamente al avance de nuestra humanidad.
L U Z… ese es el Mantram de Capricornio. Sumergirnos en la luz inmensa del nacimiento de Cristo en la cueva de nuestro corazón.
Cada minuto ganado a la oscuridad temporal, significa un avance en nuestro camino espiritual y hemos de observar desde esa bella serena expectación o desde la observación profunda, qué circunstancias, qué personas, qué oportunidades presenta ante nosotros la vida, considerando la semilla plantada en el corazón, confiando en que el Universo moverá sus hilos de acuerdo a ese anhelo.
Parece que desde las energías cósmicas, los grandes Dioses del Cambio, no permiten que nada quede  oculto a la mirada de nadie.
Activos como nunca Plutón, Urano, Júpiter arrastran hasta la  temida luz los más oscuros secretos de las potencias que dominan los senderos de política, religión, comunicación etc.
Grandes son los cambios y grandes son las oportunidades y quizás, solamente quizás, sean menores las fuerzas que pueden crear espejismos a la masa, ya que esa masa tiene, afortunadamente cada vez un mayor discernimiento.
Voluntad, Luz, Discernimiento, Amor… todo ello puede tomar su lugar de poder en nuestras vidas.
Que así sea.
Desde el corazón, siempre,
Joanna

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